Pasé ya la centésima página de "Cien años de soledad", que no había leído antes. El balance: negativo. Esperaba más, no un cúmulo de aventuritas superficialmente narradas y una multiplicación de personajes. Cantidad a costa de profundidad.
1. Lo óptimo es el inicio, qué duda cabe: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo." Esta frase es inmejorable y es la promesa de una gran novela. Denota simultáneamente el presente, el pasado y el futuro. No soy especialista, pero no es arduo conjeturar que se han escrito muchos ensayos y acaso algunos libros sobre estas dos líneas y media.
23. Una frase perfecta, que es, como dice M, "una pequeña antropología": "Todavía no tenemos un muerto, dijo él. Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra". De alguna manera me ha dado elementos para comprender mejor las festividades en torno a la muerte de México. Y párale de contar. A partir de aquí, todo va empeorando...
30. "Eran primos entre sí". Pleonasmo, redundancia innecesaria porque nada aporta. Sobra "entre sí".
73. No sé si sea una frase que tomó prestada a Borges (el último verso de El amenazado es perpetuamente glorioso: "me duele una mujer en todo el cuerpo") o si es una frase (relativamente) común o frecuente en Sudamérica: "La imagen de Remedios, la hija menor del corregidor, que por su edad hubiera podido ser hija suya, le quedó doliendo en alguna parte del cuerpo". Y como si esa frase no fuera suficientemente clara, la destruye acto seguido: "Era una sensación física que casi le molestaba para caminar, como una piedrecita en el zapato".
Un poco más adelante, pasando ya la centésima página:
112. Una contradicción, y también una imposibilidad: "Había naufragado y permanecido dos semanas a la deriva en el mar del Japón, alimentándose con el cuerpo de un compañero que sucumbió a la insolación, cuya carne salada y vuelta a salar y cocinada al sol tenía un sabor granuloso y dulce". Espero que esto mejore, porque ando impaciente por acometer ya la novela de Ivo Andric que tengo aquí esperando...
(Tomo las referencias de la edición conmemorativa a cargo de la Asociación de Academias de la Lengua Española).
1. Lo óptimo es el inicio, qué duda cabe: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo." Esta frase es inmejorable y es la promesa de una gran novela. Denota simultáneamente el presente, el pasado y el futuro. No soy especialista, pero no es arduo conjeturar que se han escrito muchos ensayos y acaso algunos libros sobre estas dos líneas y media.
23. Una frase perfecta, que es, como dice M, "una pequeña antropología": "Todavía no tenemos un muerto, dijo él. Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra". De alguna manera me ha dado elementos para comprender mejor las festividades en torno a la muerte de México. Y párale de contar. A partir de aquí, todo va empeorando...
30. "Eran primos entre sí". Pleonasmo, redundancia innecesaria porque nada aporta. Sobra "entre sí".
73. No sé si sea una frase que tomó prestada a Borges (el último verso de El amenazado es perpetuamente glorioso: "me duele una mujer en todo el cuerpo") o si es una frase (relativamente) común o frecuente en Sudamérica: "La imagen de Remedios, la hija menor del corregidor, que por su edad hubiera podido ser hija suya, le quedó doliendo en alguna parte del cuerpo". Y como si esa frase no fuera suficientemente clara, la destruye acto seguido: "Era una sensación física que casi le molestaba para caminar, como una piedrecita en el zapato".
Un poco más adelante, pasando ya la centésima página:
112. Una contradicción, y también una imposibilidad: "Había naufragado y permanecido dos semanas a la deriva en el mar del Japón, alimentándose con el cuerpo de un compañero que sucumbió a la insolación, cuya carne salada y vuelta a salar y cocinada al sol tenía un sabor granuloso y dulce". Espero que esto mejore, porque ando impaciente por acometer ya la novela de Ivo Andric que tengo aquí esperando...
(Tomo las referencias de la edición conmemorativa a cargo de la Asociación de Academias de la Lengua Española).
4 comments:
Ninguna novela de García Márquez me ha gustado. Prefiero a Elena Garro.
En cuestión de gustos... "Cien años" me parece una de las mejores novelas de occidente...
no se puede buscar al detalle que todo case... lo importante es la atmósfera, si el la pagina 100 no la encontró, pase a otra obra de sus autores preferidos....digo...
arnes64
Así fue. Llegué a la página 250 y me pareció imposible continuar. Ya dejé descarrilada la novela por ahí...
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