A lo largo de la piel de Europa van supurando controversias siempre que alguna comunidad islámica expresa el deseo de construirse una mezquita. Tres ejemplos recientes son Sevilla, Marsella y Colonia. Es tan ingenuo como parcial circunscribir las discusiones al plano religioso. Allí, la cuestión no ofrece dificultad aparente en cuanto el liberal recuerda que la Unión Europea reconoce la libertad religiosa. Si el liberal es además cristiano repite el argumento: “para que se nos permita construir templos en países musulmanes, admitamos mezquitas en nuestros países”.
Sin embargo, la discusión está hecha una madeja. En Colonia, el párroco de San Teodoro, Franz Maurer, organizó una colecta el marzo pasado para ayudar económicamente a la construcción de la mezquita. Hubo revuelo entre los católicos y se cuestionó la acción del sacerdote. ¿Debe destinarse el dinero a los musulmanes para mostrar un signo de apertura y cordialidad o, por el contrario, es prioritario atender las necesidades con las que está ya comprometida la parroquia?
Parece casualidad que el arquitecto de San Teodoro se llame Paul Böhm, el mismo que presentó la propuesta ganadora del concurso para la nueva mezquita. Böhm es católico y miembro de una dinastía renombrada: su abuelo Dominik y su padre Gottfried –el único premio Pritzker germano– son posiblemente los constructores de iglesias católicas más famosos del siglo XX en Alemania. Según Paul Böhm, los musulmanes son más abiertos que los cristianos, pues el credo del arquitecto no es relevante para los musulmanes, mientras que los cristianos sólo permiten a los propios creyentes erigir sus templos. Algunos tildan a Paul Böhm de oportunista, otros piensan que ha dado la espalda a la tradición familiar y que presta un desafortunado servicio al islam.
Dos elementos del proyecto arquitectónico relucen: una cúpula abierta y los minaretes. Böhm desea proyectar un símbolo de apertura y universalidad con esa cúpula semejante al globo terráqueo: se trata de una esfera de 34 metros de altura que repite el patrón de los continentes, quedando traslúcidas las zonas oceánicas. Los alminares, por su parte, medirán 53 metros. Ante las acusaciones de que esto rompe la armonía arquitectónica de Ehrenfeld, el barrio de Colonia con la mayor carga de inmigrantes musulmanes, Böhm replica que la torre de televisión mide 266 metros y 70 metros los edificios de oficinas de enfrente.
Las críticas, sin embargo, tienen otra motivación. Se refieren tanto a la altura de los minaretes como a su presencia. La mezquita será el recinto religioso más grande en la ciudad, después de la catedral gótica con sus torres de 157 metros. Algunos ven en ello un gesto de la continua islamización, y en cada minarete una “columna de la victoria”, como la de Berlín. Entre los críticos destaca el escritor Ralph Giordano, para quien el alardeado multiculturalismo es una ilusión fatua. Según una nota suya publicada en el periódico F.A.Z. (junio 1, 2007), los valores enseñados en las mezquitas dificultan la adaptación de los inmigrantes al país. Se niega pues a reconocerla como un símbolo de la integración de los musulmanes en el país. Por su parte, el Zentralrat der Ex-Muslime in Köln (una asociación de personas que apostataron del islam) se agiliza para detener el proyecto porque –dicen– esta religión es misógina y enemiga de la dignidad humana.
Una encuesta reciente del instituto Omniquest señala que la mayoría de los colonienses (60%) ve con gusto este proyecto. Quienes favorecen el proyecto piensan que los 120.000 musulmanes (12% de la población) que habitan y trabajan en Colonia desde hace dos generaciones necesitan la mezquita. La mayor parte de las 27 mezquitas de Colonia están hoy mal instaladas en antiguas fábricas, almacenes o patios traseros. Les parece justo dar señas contundentes de aceptación para facilitar la convivencia mutua y la integración social. En concordancia con este espíritu, muchos (40%) sugieren que la oración del viernes se realice en turco con traducción simultánea al alemán.
Generalmente los jóvenes musulmanes (¿con cierto grado de secularización?) que dominan el idioma alemán y asisten a la universidad dan muestras de diálogo y flexibilidad. Contra este debate se arrojan los musulmanes más torpes cuando amenazan de muerte a Giordano y a los directivos del Zentralrat, Mina Ahadi y Nur Gabbari.
En contraste con la venta o cierre constante de templos cristianos, hoy se construye más de una veintena de mezquitas en las distintas geografías del país. Es un hecho que la DİTİB (Diyanet İşleri Türk İslam Birliği o Unión Turco-Islámica para Asuntos Religiosos) comenzará a edificar su mezquita central en Colonia el año próximo. Según planes, tendrá capacidad para unas 2000 personas, para –así– superar las 1300 plazas de la mezquita de Duisburg-Marxloh, considerada hoy la mayor en Alemania.
Problemas, disensos y obstáculos aparte, los días de San Teodoro de Colonia se parecen poco a los de san Teodoro de Tiro (†306), martirizado tras quemar un templo pagano.
Berlín. Junio, 2007.
6 comments:
Y es el momento en el que la religión se politiza.
El otro día estaba leyendo un artículo sobre el tema de la inmigración musulmana a España y la pérdida de los valores y tradiciones de ese país a raíz de dicho incidente. El planteamiento es interesante, aunque me parece que puede leerse cierto fascismo detrás de la idea de defender los "valores tradicionales" de cualquier lugar so pretexto de la "invasión" de otro pueblo.
Allí es donde uno se percata que lo que pelean no es tanto una defensa de la fe, sino del patrimonio económico que implica una mezquita o una iglesia católica en determinado lugar.
Finalmente, sólo existe un Dios.
Fascismo, sí.
A los que les preocupe la pérdida de valores cristianos, que se pongan a evangelizar. Y a amar al prójimo, aunque sea de otra religión...
Ese arquitecto Böhm, lo mismo hace mezquitas que Templos Católicos o Evangelicos, además de Singagogas.
Ese edificio va a ser un mounstruo blanco, no me agrada, pero en fin.
No, no: hizo la parroquia de San Teodoro, y ahora va a construir esta mezquita, y punto. Una vez paricipó el un concurso para construir un templo protestante, pero perdió.
Yo les puedo decir. Esa mezquita la van a construir a tres cuadras de mi casa. Y la neta esta de la ch... Por un lado la calle donde se va a construir es ya una pequena Estambul. Desde hace años se han dedicado a comprar todos los locales aledaños de tal manera que hoy en dia junto a una panaderia llamada medina y una tienda que vende instrumentos arabes esta una libreria donde se venden exclusivamente libros en turco y una Döner Kebap. Eso de la integracion es un cuento que solo se lo creen los partidarios de la appeasement politic. Les recomiendo el libro del aleman Boder (Hurra, wir haben kapituliert!)
Por otro lado la neta no tengo ganas de que los viernes el vecindario se ponga imposible por la falta de espacio que ya de por si reina en el lugar.
Me parece que el tamanio de la mezquita es simplemente una demostracion de poder del DTIB, que no es otra cosa que el brazo derecho del ministerio de asuntos religiosos en turquia.
Que acaso no han visto en que acabo el intento de la canciller Merkel en llamar una "Gipfel" de Integracion. En un Boikott por parte del DTIB e co. Es tan solo una demostracion mas de algo que ya sabemos. En el islam no hay separacion de Iglesia y estado.
Por favor seamos realistas
Pronto se publica una nota con mi opinión personal sobre el tema, menos "objetivo" y más de opinión. Cuando salga lo subo a este blog.
Post a Comment