Todo el sol de las sombras (fragmento) por Fernando Báez
Ahora sólo estoy hundido en el barro hasta la cabeza, pero mi cabello toca a Dios.
3 comments:
Anonymous
said...
No sé si toque Optimismo, pesimismo o realismo. Quizá en una persona sana se confunden o, más bien, se integran. Lo que sí sé es que, aquí, en México, aquí es Rodas, como bien dice LL. ¡Salud por marzo!
No es posible que esto no nos afecte. Sé que va a herirnos, tal vez a matarnos. No podemos andar por aquí sin ser lastimados. No podemos besar sin ser mordidos como no podemos amar sin ser arrastrados, calle abajo, hacia el fondo más oscuro. Pregunto: ¿qué ropa nos salva de estar desnudos? ¿qué desnudez nos pone desnudos, nos lleva lejos, hasta lo azul y puro? A salvo están los ángeles –dice alguien. La tierra para nosotros siempre tiembla, vibra, finalmente se abre y nos traga. Nos lavamos y seguimos sucios. Nunca somos del todo niños, aun cuando lo somos. Aun cuando no sabemos que tenemos una boca, un pie derecho y un pie izquierdo, que hay un mundo más allá del jardín y la casa.
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No sé si toque Optimismo, pesimismo o realismo. Quizá en una persona sana se confunden o, más bien, se integran.
Lo que sí sé es que, aquí, en México, aquí es Rodas, como bien dice LL. ¡Salud por marzo!
Gracias, Sr. Rodó.
Realmente poco importa saber si es pesimista u optimista: lo aprovechable es la nueva mirada que ofrece.
No es posible que esto no nos afecte.
Sé que va a herirnos, tal vez a matarnos.
No podemos andar por aquí sin ser lastimados.
No podemos besar sin ser mordidos
como no podemos amar sin ser arrastrados,
calle abajo, hacia el fondo más oscuro.
Pregunto: ¿qué ropa nos salva de estar desnudos?
¿qué desnudez nos pone desnudos,
nos lleva lejos, hasta lo azul y puro?
A salvo están los ángeles –dice alguien.
La tierra para nosotros siempre tiembla,
vibra, finalmente se abre y nos traga.
Nos lavamos y seguimos sucios.
Nunca somos del todo niños,
aun cuando lo somos.
Aun cuando no sabemos que tenemos una boca,
un pie derecho y un pie izquierdo,
que hay un mundo más allá del jardín y la casa.
Carlos Barbarito
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