En 1969 salió la peli Butch Cassidy And The Sundance Kid, ganadora de cuatro Óscares y nominada para tres más, con Paul Newman y Robert Redford. Recibió uno de esos Óscares por la canción Raindrops Keep Fallin' On My Head.
Por esa canción fue Butch Cassidy una presencia fantasmal durante toda mi vida. Butch Cassidy para acá, Butch Cassidy para allá. Aquí lo vemos, elegante y simpáticamente sonriente, posando con otros bandidos del Wild Bunch. Fueron lo suficientemente cínicos y famosos como para dejarse retratar por uno de los mejores fotógrafos de la época.
Butch Cassidy se embromó por primera vez con la policía local una tarde que buscó en el pueblo vecino pantalones. La tienda estaba ya cerrada. Se escabulló, se probó los pantalones, dejó una nota explicando los motivos, dejando sus datos completos y prometiendo que volvería a pagarlos. El impaciente comerciante lo acusó con la policía, y allí comenzó su carrera de asaltante de trenes y bancos.
Pero a criminales como éste los encontramos sólo en las listas de aquellos seres extintos que querríamos nostálgicamente en lugar de los sangrientos narcotraficantes, llenos de tanto mal gusto como de ignorancia, carentes de todo recato y sentido de las costumbres, del respeto a la luz del día y la gente que pasea con candidez por su ciudad, que decapitan o acribillan con salvajismo primitivo sea en un centro comercial, en un camino carretero o en cualquier banqueta.
9 comments:
Debes leer "En la Patagonia" de Bruce Chatwin. Él mismo recomienda "Butch Cassady My Brother" de Lula Parker Betenson y "The Wild Bunch" de Alan Swallow.
¿Ves lo que digo? Esos criminales de antes (o sus hermanas) sí sabían leer y escribir. Y lo explotaban a su favor, con garbo.
no comparto el pesimismo del kiks y memo, hay en nuestros días criminales que pueden doctorarse en harvard y escribir libros de 1393 páginas
Lo que deploro es la violencia en nuestras calles a manos de unos iletrados bastante salvajes. Sin duda hay ladrones refinados hoy también pero "además" de los otros; antes no existían esos ataques indolentes: los caballeros y compadritos se batían por honor, se evitaba el asesinato al asaltar, había a pesar de todo cierto respeto, cuestión de etiqueta que, quiero pensar, venía dada por su refinamiento cultural, como recuerda Guillermo al citar esos ejemplos.
Se asemeja mucho a lo que es el Dioni en España!!!!!!jjajajaj
Enrique, creo que idealizas los tiempos pasados.
Quizá seria forzar un lugar común decir que como todo producto cultural, el crimen es acorde al tipo de sociedad. En una sociedad idiotizada e idólatra del morbo el comentario tiene coherencia.
Pero no lo se, a lo mejor lo que nos falta es hacer más literatura de lo sórdido y dignificar a nuestros maleantes encontrando el carácter épico de su vulgaridad... ¿alguién se anima?
No gracias.
R
¿compadritos? ¡no nos vayas a salir con que te gusta borges! ¡al rato ya vas a decir "baladí" como fernando!
1. Puede ser que, en efecto, idealice lo pasado. Puede ser.
2. Literatura sórdida o sobre lo sórdido o sobre crímenes atroces hay mucha.
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