March 22, 2007

El Rulfo de la línea

Si a Juan Rulfo le hubiera dado menos por escribir y fotografiar y más por el dibujo se habría llamado Martín Ramírez (1885-1960).

Penosamente Martín Ramírez salió del país rumbo a California en plena Revolución Mexicana. Una carta mal escrita, o mal leída, le hizo pensar que su mujer había abandonado a los hijos para irse con otro. Cayó entonces en la demencia y en las noches sin nombre y en las calles sin destino y en un túnel oscuro: largo y oscuro.

La policía lo recogió, y tras haber constatado sus múltiples enfermedades lo archivó en un hospital psiquiátrico. Corría 1935; ya nunca volvió a hablar, mucho menos a franquear el umbral del manicomio. Pero el mundo de jinetes, trenes, vírgenes, magueyes y agaves, rancheros empistolados, el mundo que la artesanía jalisciense ha rescatado y nos entrega se movía ya bajo el volcán de su necesidad. Diez años después, comenzó a dibujar.


Artista moderno en el sentido más justo del término, se procuró todos los materiales, papeles y pegamento incluidos. Con engrudo de papa pegaba restos de papel, la hoja de una revista y el trozo de una servilleta. De Martín Ramírez podemos decir que pintaba incluso en el pedazo más deteriorado de papel que encontrara, estuviera o no ya impreso, rayado o usado, así como dicen de Cervantes que fue tan ávido para leer que recogía incluso lo que encontrara en la calle.

La historia posterior es típicamente Hispanic. Un médico aprecia sus cualidades artísticas, colecciona los dibujos que salva de las garras de los enfermeros, contacta a un art dealer, negocian, hacen dinero, montan exposiciones, Martín muere, y se valora entonces aún más su obra... en Estados Unidos.

Aleccionados por las modas surrealistas y freudianas, los gringos se devanan los sesos para descifrar los motivos pictóricos, lo que sería fácil de reconocer para cualquier mexicano. Fue Roger Cardinal quien entendió el espíritu juanrulfesco de sus líneas, trazos y temas -para decirlo con una comparación anacrónica que pretende provocar-; fue también quien publicó en México una de las primeras notas sobre él; Octavio Paz también le dedicó algunos párrafos en Vuelta.

Martín Ramírez es una explosión de mexicanidad a ras de suelo californiano, para jugar con esa otra "explosión verde a ras de suelo" que descubría don Alfonso Reyes en el agave. Con excepción de los medios de transporte (trenes, camionetas VW), sólo pintaba lo mexicano. Y si se le presentaba el deseo de mostrar a una mujer extranjera, se decidía por recortar su rostro de una revista y pegarlo con la técnica del collage... él, que nunca visitó una academia de artes, y que leía más bien mal que bien. Los médicos habían sospechado ya de antemano que el terror de lo ajeno le había hecho enloquecer.

Como comenté con anterioridad, Martín Ramírez me hace recordar ciertas obritas de Paul Klee. Paz, a su vez, se acuerda del desequilibrado Richard Dadd; los manicomios también me traen por sencilla asociación los nombres de Robert Walser y Friedrich Hölderlin. Pero ni de lejos Martín Ramírez es Klee, ni el miniaturista e incansable Richard Dadd, mucho menos un escritor de raíces germánicas. Es justa y esencialmente mexicano, jalisciense de pura cepa: el Rulfo de la línea.

8 comments:

Juan Manuel Escamilla said...

Tiene lo suyo de remisión a Vincent.

Pero lo verdaderamente importante es que, Enrique, has descubierto lo que Fernando Galindo hiciera en otros tiempos: que para triufar en el extranjero ayuda mucho el mexicanismo de pasarela: una o dos camisas de manta, algún motivo azteca en la playera, acaso un jergón flolklórico... y, por supuesto, un sombrero. No me olvides el tequila.

Si se te ocurre alguna "...logía" transracional, puede tener gran atractivo. Así, lo mismo que Luis González, podrás pasar a ser de los mexicanos celebérrimos en el extranjero.

¡Enhorabuena!

Como Luis González

Enrique G de la G said...

¿A Vincent? No way...

Anonymous said...

¿Fernando Galindo? ¿Con esas pintas? Dime, Dios, ¿por qué me lo perdí? ¿Qué es de nuestro simpático amigo?

Saludos desde Madrid,
Rafael.

Josué Barrera said...

Me interesó más la historia de Martín que sus dibujos. Ojalá aparezcan más textos sobe él.
Saludos.

Anonymous said...

Excelente blog me lo encontré en la noche. Por curiosidad, quién eres? escribes en algun lugar o asi?

Dentro del post, ¿sabemos de alguna exposicion de este "rulfezco"?

Enrique G de la G said...

Thanx.

Claro, ahora mismo hay una expo de MR en NY (http://www.folkartmuseum.org/default.asp?id=1805), y a fines de año la llevan a Milwaukee (http://www.mam.org/exhibitions/exhibition_details.aspx?ID=86).

Roberto Rivadeneyra said...

Gran descubrimiento. No lo conocía y es muy interesante su trazo.

Gracias Kics por instuirnos una vez más.

Saludos,

Enrique G de la G said...

Fines de marzo: encontré documentación actualizada que corrige imprecisiones aquí expuestas, y que presentaré más adelante. Van dos páginas:

Español: http://www.folkartmuseum.org/images/afam_1891.pdf
English: http://www.folkartmuseum.org/images/afam_1890.pdf

Visitors